miércoles, 7 de mayo de 2014

Enamorarse por primera vez

Quiero hacer una diferencia a mis lectoras y curiosos lectores que se dan una vuelta por aquí (bienvenidos todos).
Este post está dedicado no al primer amor,infantilizado, inocente y rosado de la adolescencia, ni el platónico forever.
Quiero hablar de este que se convierte en el verdadero, el único o no, el primero o el último de todos que probablemente cambió todos los conceptos antes aprendidos en un blog.
Todo empezó en una mirada, más prolongada que cualquier otra. Porque todo gran amor empieza a primera vista, produciendo escalofrios o cualquier sensación inequívoca que esto que se siente es diferente.
Las circunstancias son variables, pudo no tomarle importancia, pudo haber quedado con la bala pasada varias semanas o inmediatamente engancharon ambos y ya no pudieron separarse.
Se encontraron, descubrieron mil cosas comunes y otras tantas que no lo eran, pero los hacía acercarse más. Había curiosidad, esperanzas, futuro impronunciable pero era fácil imaginarlo. Había química y física entre ambos.
Todo se dio rápido y viniero los viajes juntos, los almuerzos en familia, el odio inicial de la suegra que se iba disipando a medida que los veían juntos, los amigos se volvieron comunes.
Más de una vez hubo una pelea grave, pero evitaron las palabras hirientes, las cicatrices comunes porque se amaban.
No había medias naranjas involcrudas, eran dos personas imperfectas que se transformaron en la mejor versión de ambos.
Hubo días dificiles y tuvieron que intercambiar papeles, hubo fuego y ternura, rutina bien llevada. Sueños por cumplir, gustos aprendidos
Se sanó de lo que antes había vivido, de los amores de mentira, de los errores.

Y en algún momento sin saber, todo eso fué, circunstacias que vinieron a disolver lo de ambos, distancias que los alejaron indefectiblemte.

Este primer amor lo recuerda con un suspiro ardiente, sabe que si se lo vuelve a encontrar volvería a caer. Por lo mismo desea no cruzar su camino, está en otra o con otro y no quiere arruinar lo que él mismo le enseñó ni convertir los recuerdos en un desagradable error. Quédese con esa nostalgia del primer amor, puede que se de cuenta que era más una ilusión bien imaginativa que verdadera realidad. Se lo recomiendo.

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